DESCANSA EN PAZ,
AMIGO PEREGRINO
Amigo
Marcelo, amigo peregrino, no ha podido ser a pesar de habérselo pedido a la
Virgen de la Guía que te protegiera con su manto de madre. Así es de dura la
vida. Cuando hace unos días tuve la oportunidad de hablar contigo y parecía que
tu recuperación se iniciaba lentamente, me llega el mazazo de tu fallecimiento.
Un profundo sentimiento de tristeza y dolor me embarga a la vez que me alienta una
sincera emoción. Ello no me impide hilvanar unas palabras para enviarte allá
donde estés, que seguro será el paraíso.
Amigo
Marcelo, ya no volveremos a encontrarnos casi a diario y ni podrás saludarme
con aquello de ¿dónde vas peregrino? Han sido muchos años de conversaciones,
siempre distendidas, que sirvieron para fundamentar nuestra amistad. Ahora has
concluido tu deambular por este camino terrenal dejando atrás pruebas de tu
bonhomía: el amor sin límite a tu familia,
la cercanía a tus amigos, la dedicación sin reservas a nuestra Asociación
del Camino del Sureste, la satisfacción del trabajo bien hecho. Llevas tu
mochila plena de auténticas joyas. El Padre misericordioso te recibirá con los
brazos abiertos. No lo dudes.
Pero, amigo
peregrino, este camino solo ha sido una etapa, más bien corta, pero muy
intensa. Ahora comienzas otro sendero muchísimo más largo, yo diría que sin
final, más bien eterno, sin prisas por
avanzar, sin kilómetros programados, sin dificultades en la orografía, sin
piedras con las que tropezar, sin metas señaladas, y como peregrino
experimentado tienes que llenarlo de flechas amarillas luminosas, de mojones
bañados en flores, de señales verticales que despidan aromas celestiales.
¡Ah! ¡Y no
te olvides! Cuando te encuentres con los angelitos por esos caminos del paraíso
guíales al igual que tantas veces lo hiciste con los alumnos del Pedro I entre
Rueda y Tordesillas. Y si te topas con Santiago Peregrino colócale en la
esclavina una de esas insignias que con tanto empeño te dedicaste a “fabricar”
y que completábamos con la inscripción de “Camino del Sureste” para el regocijo
y distinción de tus compañeros en ACASSE-VA.
Amigo Marcelo,
amigo peregrino, ULTREIA…para SIEMPRE. Descansa en paz.
Gracias Antonio, tus palabras me llenan de emoción, y expresan de la mejor manera posible los sentimientos que nos invaden, de dolor por la pérdida y de alegría por todo lo vivido. Un fuerte abrazo de Duli, Carmen y María
ResponderEliminarAsí lo siento y así lo escribo.Precisamente por eso lo he publicado en este blog del Camino. Ánimos para toda la familia.
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