martes, 26 de octubre de 2021

 ASEO CORPORAL EN LAVACOLLA

Se sabe que los peregrinos, tras sus largas caminatas hacia la tumba del apóstol Santiago y ya muy cercanos a la meta jacobea preparaban su entrada a la ciudad  limpiando su cuerpo. Así, al pasar por  Lavacolla, junto a un frío arroyo denominado A Sionlla y que Aymeric Picaud sitúa "en un paraje frondoso por el que pasa, a dos millas de Santiago, donde los peregrinos de nacionalidad francesa que se dirigían a Santiago se quitaban la ropa y, por amor al Apóstol, solían lavarse no sólo sus partes, sino la suciedad de todo el cuerpo" hacían tales menesteres. De esta costumbre, se supone, surgiría el nombre del lugar, derivado de "lava cola". 


Foto Xacopedia
Picaud llama al lugar Lavamentula (mentula en latín es miembro viril) en tono jocoso. Hay otros testimonios posteriores que hacen referencia a esa “actividad purificadora” como el de un peregrino de París, Geodefroi de Buletot, que cuenta el 13 de abril de 1381: “En el pintoresco Lavacolla lavamos nuestras inmundicias, dentro del riachuelo. Me cambié la ropa totalmente, porque me las habían dado en abundancia en el monasterio del Cebrero. Fue un baño total, una ablución. Me temblaron los ojos al ver Compostela tan cerca, al descender ya por el Monte del Gozo. Al canto del Tedeum, se me escurrieron lágrimas de mil días.”



Otra explicación busca el origen de la denominación derivándola de la práctica de los señores de lavar aquí sus "collas" (esos altos cuellos acanalados propios de las indumentarias de otras épocas) para llegar con buena presencia a la ciudad.

Por otra parte los lugareños más ancianos cuentan que sus antepasados decían que el topónimo del lugar procede de “lava” y “colle” (lava y recoge) para explicar que “se lavaba la ropa y se recogía para secarla”

Algunos peregrinos actuales mantienen esa tradición medieval, si no les acucia el tiempo, lavándose las manos, pies y cara, como rito de pureza corporal sin poner en riesgo su persona pues la situación de la zona lo complica.

jueves, 14 de octubre de 2021

 TORDESILLAS APUESTA POR EL CAMINO DEL SURESTE


No me cabe la menor duda de que nuestro ayuntamiento es sensible a todo aquello que tiene que ver con los Caminos a Santiago y especialmente con el Camino del Sureste que es el que trascurre por nuestro pueblo. Las iniciativas tomadas en las últimas fechas dirigidas a la mejora de aspectos relacionados con el paso del camino por la localidad ponen de manifiesto la necesidad de que hay que dedicarle tiempo y dinero para mejorar lo que tenemos, que es bastante, y convencer a los futuros peregrinos de que el Camino del Sureste y más concretamente Tordesillas, es una apuesta segura como para tomarla en serio y programarla como ruta alternativa importante en el mundo de los caminos y de las peregrinaciones.


Precisamos  las acciones que dan pie al titular del artículo. El ayuntamiento, con la colaboración, también, de la línea de apoyo de la Diputación provincial a los consistorios coincidentes  con  los Caminos en Valladolid, ha realizado un aporte en material que se puede constatar en el albergue de peregrinos y en el recorrido del camino por el interior de la localidad.


En cuanto al albergue los peregrinos que pernoctan tienen a su alcance dos servicios que mejoran la calidad de su estancia en el propio albergue. La instalación de una secadora de ropa y de un televisor son detalles que al final dan cierta categoría  a la hospitalidad, aunque haya algunos que lo consideren un lujo. Tener la posibilidad de que se seque la ropa de un día para otro (sobre todo en tiempos de poca luz diurna) y de entretener los ratos que pasan en el albergue, la mayor parte de ellos solos, son valorados con nota muy alta por los usuarios. Y es de bien nacidos el reconocerlo.


Pasando al exterior, se han instalado cuatro aparcabicicletas muy consistentes y seguros que facilitan la limpieza y la puesta a punto de ese medio de trasporte utilizado por una gran parte de los peregrinos que transitan por este camino. Además, Carlos Adeva, el pintor de los murales que se encuentran desperdigados por las principales arterias de Tordesillas acaba de finalizar su segunda obra jacobea que da empaque no solo al albergue sino a la Calleja del Corpus transformada en una de las calles más medievales del municipio. 


En el fresco se recogen algunos de los símbolos que caracterizan a los peregrinos. El bordón, la vieira, la calabaza, la cruz santiaguista y el color amarillo de la señalética caminera conforman un todo digno de admiración por cuantos pasan ante el albergue. Un buen trabajo del autor.


Ya en el interior de la localidad y para reconducir a los peregrinos a su paso por ella se han incrustado en el suelo una decena de vieiras doradas que marcan el sentido a seguir hasta las afueras de Tordesillas. No es que fueran imprescindibles pero dan visibilidad a los pasos de los caminantes evitando posibles pérdidas sobre todo a los que madrugan y no encuentran a nadie para preguntar. Considero que ha sido una buena y efectiva medida.


Quedan pendientes algunas otras mejoras que se ejecutarán en los próximos meses. En estos momentos debemos sentirnos satisfechos con   esas iniciativas cumplidas    al igual que lo hacen los propios peregrinos que nos lo trasmiten con sus propias palabras y escritos siempre  llenos de elogios y parabienes para la Villa y para el albergue. Sinceros agradecimientos para el consistorio tordesillano en nombre de los peregrinos.