LA SOMBRA DEL PEREGRINO
En la
literatura jacobea se cuentan numerosas narraciones centradas en Santiago de
Compostela. Son leyendas e historias
mágicas que se pueden catalogar como sobrenaturales. Las iremos comentando en
nuestras páginas
Presentamos una de las más llamativas conocida como la historia del fantasma o
la misteriosa sombra del peregrino que cada noche desde hace siglos se aparece
al anochecer en la Plaza de la Quintana. Parece que se trate de un alma en pena que
nunca alcance su destino, condenado a peregrinar por el resto de la eternidad.
La imagen acumula un sinfín de versiones. Hay quien cree que refleja el
alma de un peregrino que se quedó para siempre en la Catedral. También hay
quien mantiene que la aparición podría ser la manifestación de alguna de las
almas de aquellos que reposan en el cementerio público que ocupó el espacio de
la plaza; otros apuntan a que se trata del alma de uno de los desdichados que
fueron condenados a morir quemados en la hoguera en alguno de los actos de fe, dictados por la Inquisición, que
tuvieron lugar en ese mismo lugar.
Existen dos versiones que son las más
extendidas y que ilustran el hecho:
*La primera es una triste historia de amor, que cuenta cómo un sacerdote,
enamorado de una monja de clausura que vivía en el Convento de San Paio de
Antealtares, todas las noches cruzaba un pasadizo secreto existente bajo la
Plaza de la Quintana y que unía la Catedral con dicho Convento.
Después de un tiempo el sacerdote propuso a la religiosa escaparse juntos para vivir su amor libremente. Se citaron al anochecer y el clérigo se disfrazó de peregrino para no llamar la atención. La esperó pacientemente, pero ella, nadie sabe por qué, no acudió a la cita.
Se cuenta que con dieciocho años
envenenó a su padre para heredar su fortuna. Tras ser juzgado y condenado a muerte,
el Duque de Borgoña, del que se
rumoreaba era hijo natural y no del asesinado, intercedió ante los tribunales,
consiguiendo conmutar la pena. Tras unos años de cárcel, se le impuso la peregrinación a Compostela para
redimir su pecado y, de esa manera, acceder a los bienes del difunto.
En1493 inició
el camino hacia Compostela pero con poca devoción. Una vez cruzó lo Pirineos,
conoció una joven posadera a la que quiso hacer suya por la fuerza, lo que le
valió una pelea con su novio, al que mató antes de raptar a la joven, a la que
forzó y posteriormente asesinó. Buscado por las autoridades, consiguió huir
disfrazado de monje mendicante y luego de peregrino pobre.
Llegó a Compostela poco antes de la
puesta de sol, las posadas estaban todas repletas de peregrinos y no encontró
techo bajo el que dormir, por lo que lo hizo a los pies de la catedral. Pronto
quedó profundamente dormido y en sueños se le apareció León du Cornu quien le
dijo:
“Con esta visita a Compostela purgas
la pena de mi muerte puesto que yo te perdono, pero no la de los dos jóvenes
navarros que asesinaste en el camino. Hasta que sus almas no peregrinen a
Compostela, no podrás abrazar al santo”.