Tordesillas (Valladolid), Villa del Tratado entre los reinos de Castilla y Portugal en 1.494. Histórica y monumental. Vigía del Duero. Ciudad de Reyes. Residencia de Juana I de Castilla durante 46 años. Cruce de Caminos y punto de encuentro para el diálogo. Desde el año 2.007 ofreciendo hospitalidad a los peregrinos en el Camino del Sureste.
lunes, 11 de diciembre de 2017
GRACIAS, DON ELÍAS
Hace hoy exactamente 28 años que Elías
Valiña Sampedro abandonó su Camino de Santiago para acercarse al Padre Eterno y
desde allí observar el día a día de su imponente obra jacobea. Es posible
que muchos peregrinos no conozcan este
personaje que sin lugar a dudas ya ha pasado a la historia reciente por haber
sido el “inventor” e impulsor del Camino de Santiago y ser el creador y
diseñador de las conocidas flechas amarillas que guían a cuantos peregrinos nos
dirigimos a Santiago en la actualidad.
D. Elías nació en Lier-Sarria un 2 de
febrero de 1.929. Licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia
de Comillas y doctor en Teología con la tesis titulada “El Camino de Santiago:
estudio histórico-jurídico”. Fue párroco de O
Cebreiro desde que se
ordenó como sacerdote en 1957 promoviendo la restauración del poblado, de la
hospedería y de la iglesia de Santa
María, finalizando en
1.971 con la inauguración del Museo Etnográfico. Tras una penosa enfermedad murió a los 60 años en el hospital de Calde (Lugo) el 11 de diciembre de 1989. Dedicó
toda su vida a trabajar en el estudio y cuidado del Camino
de Santiago.
En mayo de 1985 participó junto a otra
serie de personas vinculadas al Camino en el I Encuentro Jacobeo celebrado en
Santiago de Compostela donde es nombrado Comisario del Camino de Santiago. Los
temas tratados con mayor relevancia fueron la atención a los peregrinos, con la
creación de refugios y albergues, el diseño de una tarjeta o carné del peregrino (credencial) y la edición de un Boletín del Camino de Santiago convertido
en el Congreso de Jaca en la revista Peregrino.
Elías Valiña fue el promotor y
coordinador del Congreso Internacional del Camino
de Santiago de Jaca que se celebró en septiembre de
1.987, dos años antes de su muerte, y que sirvió para tomar en consideración
los valores fundamentales que conformarían la Ruta
Jacobea.
En los años 80 se le veía conduciendo un Citroën lleno de
botes de pintura amarilla donada por la empresa que pintaba las señales de las
carreteras de la zona. Obsesionado con la importancia del Camino de Santiago se
trasladó con algún otro colaborador hasta Roncesvalles para señalizar la ruta
completa hasta la plaza del Obradoiro. Cuentan que una vez lo paró la Guardia
Civil en la zona de los Pirineos. Extrañados
por ver a un cura dibujando flechas en
un paso fronterizo utilizado a menudo por los terroristas de ETA, los agentes
le pidieron una explicación. "Estoy preparando una gran invasión",
les contestó Elías. El tiempo le dio la razón, aunque no llegaría a imaginar estos récord de peregrinos que se superan cada año.
Entre su obra escrita hay que destacar
el “Inventario artístico de Lugo y su provincia” así como sus guías camineras tituladas “Camino a
Compostela”.
Gracias, D. Elías, por su legado. Siempre que paso por O Cebreiro
no se me olvida entrar en el templo mariano y orar ante su sepulcro. Descanse
en paz.
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