GRATIFICANTES OPINIONES DE PEREGRINOS
En el albergue municipal de Tordesillas, cada jornada comienza y termina con el mismo gesto sencillo: abrir el libro de visitas sobre la mesa de recepción. Allí, entre sus páginas, se van acumulando las voces de quienes han hecho un alto en su Camino. Es un cuaderno humilde, de tapas ya algo gastadas por el paso de tantas manos, pero también es un testigo silencioso de cientos de experiencias, pensamientos y emociones.
Los peregrinos escriben poco, apenas unas líneas en la mayoría de los casos. A veces es una frase suelta, una reflexión espontánea o un agradecimiento sencillo. Otras veces, alguien se extiende un poco más y comparte una vivencia concreta, una anécdota del día o una impresión sobre el ambiente del albergue. Pero independientemente de la forma, lo que queda dentro de ese libro es siempre auténtico: un mensaje nacido del cansancio, la alegría, la sorpresa o el alivio de haber encontrado un refugio amable en medio del Camino.
Para los hospitaleros, leer esas palabras es mucho más que una costumbre diaria. Es un bálsamo. Cada comentario, por breve que sea, confirma que el esfuerzo invertido —las horas de atención, la limpieza, la escucha paciente, la información ofrecida, y en ocasiones incluso el simple gesto de acompañar en silencio— tiene un sentido profundo. El hospitalero da su tiempo sin esperar nada a cambio, más allá de ofrecer descanso y acogida. Y, sin embargo, cuando un peregrino decide dedicar unos minutos a dejar su huella en el libro, ese pequeño gesto se convierte en un regreso simbólico de todo lo que se les ha dado.
En un Camino
donde cada día se encuentran nuevos paisajes, nuevos retos y nuevos rostros, el
libro de visitas permanece como un hilo continuo que une a quienes pasan por el
albergue. Es una memoria compartida, hecha de palabras sinceras, que recuerda
que la hospitalidad sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la ruta
jacobea.
Por eso, a todos los peregrinos que se detienen a escribir, nuestro más profundo agradecimiento. Sus notas nos animan, nos ayudan a mejorar y, sobre todo, nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos. Gracias por dedicar unos instantes a tenernos presentes, como contraparte al tiempo y la dedicación que el hospitalero ofrece desinteresadamente.
Javier y 8 compañeros más de Valdemoro 3 mayo 2025
Ultreia, y buen Camino para todos.
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