lunes, 11 de marzo de 2024

 QUE VIVA JUANA I DE CASTILLA

A SU PASO JUNTO AL ALBERGUE

El pasado día 2 de marzo llegaba la reina Juana  a la Villa de Tordesillas lugar en el que permaneció durante 40 años hasta su fallecimiento el 12 de abril de 1555 a los 75 años de edad. Lo hizo junto a su hija menor, Catalina. Ambas acompañaban al cortejo fúnebre en el traslado de los restos de su marido y padre a Granada. 




Así mismo formaban parte de  la comitiva su guardia los Monteros de Espinosa y damas de compañía,  personal de palacio, su padre Fernando el Católico, escoltado por su guardia, y el cuerpo de Felipe el Hermoso custodiado por numerosos monjes.




Y como cada año, esta recreación histórica transita por la Calleja del Corpus, vía medieval donde las haya, donde, precisamente, se encuentra ubicado el albergue municipal de peregrinos de Tordesillas. 

El silencio sepulcral, solamente roto por el golpeteo de los cascos de los caballos, la estrechez del “callejón”, sus casas castellanas y la tenue luz que despiden sus farolas nos empujan a aquel triste día de primeros de marzo de 1509. El rey, en un gesto instintivo,  detuvo unos instantes su cabalgadura delante del mural jacobeo que se encuentra frente a la puerta del albergue. Es de agradecer el detalle.

Solo me resta gritar un ¡¡VIVA LA REINA!!, al igual que lo hago cada año en lugar tan emblemático para tordesillanos y peregrinos.

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