viernes, 8 de marzo de 2019

 UNA REINA JUNTO AL ALBERGUE
Tierra de Castilla extrema. Noche estrellada  cuasi primaveral. Albergue de peregrinos de Tordesillas. Calleja del Corpus. Uno de los rincones con mayor sabor medieval que existen en la Villa. Sones atemperados de tambores suenan en la cercanía. El bufido arrítmico de caballos y el cadencial “taconear” de sus cascos se aproximan sin remisión a la bocacalle referenciada del Corpus. 
Aparece de súbito un cortejo fúnebre y tristemente inesperado. ¿Es posible? Doña Juana, sí, Juana I de Castilla, la que también fue peregrina a Santiago, conduce el cadáver de su esposo D. Felipe camino de Granada. Una reina pasando junto a la fachada enhiesta del cobijo de los peregrinos a Santiago. La contempla con frialdad y continúa su marcha pausada hacia un destino incierto. 
Junto a su hija Catalina, su padre Fernando el Católico, las guardias reales de ambos, el personal de la corte y los monjes custodios del féretro de su marido desfilan en silencio profundo por la calle empedrada camino de su lugar de reclusión. Su rostro refleja el sufrimiento que la embarga a pesar de ser vitoreada por los vecinos que contemplan la dramática escena. 
¡Qué dicha la del albergue! Toda una reina junto a sus pies. Permanecerá en el recuerdo de cuantos peregrinos descansen entre sus cuatro paredes…en la Calleja del Corpus. Noche estrellada. Marzo del 19 en Tordesillas.
Las imágenes del video han sido captadas por María del Carmen Fidalgo. Gracias.


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