EL CAMINO FRANCÉS EN
LOS CUPONES DE LA ONCE (XVI)
SANTO DOMINGO DE LA CALZADA – LA RIOJA
3 de mayo de 2.010.
En esta ocasión la ONCE puso en circulación un cupón dedicado a la TUMBA DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA en la
Catedral de dicha localidad riojana. Faltan 546,6 km para llegar a Santiago
siguiendo el Camino Francés.
Santo Domingo de la Calzada es una ciudad nacida a la vera de la tumba del Santo que le dio nombre. Domingo, que nació en 1.019 en el pueblecito de Viloria, cerca de Belorado, quiso ser benedictino pero no lo consiguió por lo que se dedicó a atender a los peregrinos y al cuidado de las infraestructuras del camino francés. Esta ruta ya pasaba por aquí cuando la población ni siquiera existía, sólo había un bosque de encinas al que se retiró como ermitaño Santo Domingo. Él mismo marcó un camino hacia un pequeño templo donde orar, un hospital-albergue (en la actualidad es Parador de Turismo), e hizo un puente para pasar el caudaloso río Oja. A su muerte fue enterrado en la misma calzada y en el sepulcro que él construyó.
La catedral comenzó a edificarse en
1.158. Consta de tres naves con crucero, girola, triforio y bóvedas de
crucería. En el exterior destaca el ábside románico, la torre barroca y la
portada del Santo. El retablo mayor está realizado en alabastro y madera de
nogal.
Entre sus capillas destaca la del Sepulcro de Santo Domingo con estatua yacente. El claustro es del siglo XIV. En la sacristía y la sala capitular se conservan importantes tesoros artísticos.
Entre sus capillas destaca la del Sepulcro de Santo Domingo con estatua yacente. El claustro es del siglo XIV. En la sacristía y la sala capitular se conservan importantes tesoros artísticos.
La ciudad sigue hoy en día volcada en
el Camino. Son millones los peregrinos que han pasado por esta tierra y todos
encuentran en Santo Domingo una ciudad preparada para ellos. En el Centro de
Interpretación del Camino de Santiago, todos los caminantes pueden
"sentir" el espíritu de la ruta jacobea a través de su exposición
interactiva.
El SEPULCRO DEL SANTO, cuya visita ya recomendaba a los peregrinos
Aymeric Picaud en su Codex Calixtinus, consta de tres partes claramente
diferenciadas:
La primera corresponde a la efigie yacente de Santo Domingo, obra
cumbre de la escultura funeraria medieval.
La lauda sepulcral reposa sobre una mesa donde figuran labradas en alabastro hacia 1.450, escenas y
milagros de la vida des santo. Entre los hechos y milagros que se narran
destacan: el castigo que sufre el pastor que constantemente introducía su
rebaño en el huerto del santo, la resurrección del hijo del peregrino (milagro
conocido como del gallo y la gallina), la curación del peregrino que murió
atropellado por un carro que transportaba piedras para el puente que construía
el santo, el santo que es apaleado por unos bandidos y el perro que le trae la
mano de uno de ellos.
Sobre el mausoleo, se levanta un baldaquino o templete tardogótico de
alabastro realizado por Juan de Rasines hacia 1.513.
Rodea el conjunto una grandiosa verja barroca de hierro realizada en el
siglo XVIII por Sebastián Medina en la que destaca una hoz, que según la
tradición es la que usaba el santo para desbrozar los terrenos sobre los que
construía la calzada.
Bajo el sepulcro se encuentra la cripta subterránea realizada en 1.938
donde se encuentran los restos mortales de Santo Domingo. La entrada a la
cripta se realiza por una escalera situada enfrente del gallinero.
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