martes, 20 de septiembre de 2022

 PABLITO SANZ ZUDAIRE

“IN MEMORIAM”

A los 88 años nos ha dejado para siempre Pablito Sanz Zudaire con la misión de entregar al Padre Eterno una de las varas de avellano que con tanto amor elaboraba para donar a los peregrinos que pasaban por delante de su casa en Ázqueta (Navarra). Es verdad que durante los últimos años, debido a sus problemas de salud, había abandonado esa actividad que será recordada por los miles de peregrinos que llegaron a Santiago con el apoyo de sus particulares bordones.



Pablito, que no es diminutivo de Pablo, como habitualmente apostillaba, ha sido parte del Camino. Sus conversaciones con los peregrinos que no tenían prisa en su caminar, estaban plenas de vitalidad, de ánimo y hasta de información jacobea. Allí, en Ázqueta, se encontraban sus varas, exclusivamente de avellano, fuertes y poco pesadas como él decía, las vieiras que le enviaban desde Galicia, las calabazas que cultivaba en su propio huerto y hasta una estela funeraria cuya imagen figuraba en su cuño para sellar las credenciales.

Pablito, de joven, en el corral de su casa (Foto PABLO SANZ)

Pero la labor de Pablito se completaba con una clase didáctica sobre el uso de las varas  «Es que hay mucha ignorancia en el Camino, algunos no saben ni llevar la mochila. Y muchos vienen con bastones cortos. ¿Cómo aparece Santiago en las imágenes? ¿Con una vara larga, más alta que su cabeza! Una vara no es un bastón. Tiene que ser un palmo más alta que el peregrino. Y hay que saber agarrarlas. En el llano, hay que coger la vara a la altura del hombro. En las subidas, más abajo, a la altura del pecho. Y en las bajadas, más arriba, a la altura de la cabeza. También es importante acompasarla al andar. Mira cómo lo hago».«Empiezo con la vara apoyada en el suelo, luego la muevo hacia adelante y doy un paso, dos, tres y al cuarto vuelvo a apoyarla. Un, dos, tres y pum; un dos, tres y pum. Y mira cómo llevo la columna vertebral: siempre recta. Muchos van encorvados y acaban con dolores de espalda, de rodillas, de todo». Un verdadero maestro.

 Como homenaje póstumo vaya este poema colgado en su casa:


«Peregrino, estás en Ázqueta.
Haz un alto en este hito
que fuerte bordón de avellano
aquí te ofrece Pablito
para llevar en tu mano.
Santiago está muy lejos
para quien va caminando.
Será lanza para tu valentía,
defensa ante los miedos,
ayuda en las subidas,
sostén en el descenso
apoyo en las fatigas.
¡Bordón, amigo
de avellano!».

Que el Padre te haya recibido con los brazos abiertos para colocarte junto a tu amigo el Apóstol Santiago. ¡Descansa en Paz!


Para más información extraordinaria entrevista pinchando en  este link:

https://mediosdigitales14.wordpress.com/2014/06/05/los-palos-de-pablito/

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