Y EL BORDÓN VOLVIÓ AL PEREGRINO

Eso es lo que ha ocurrido en realidad en el albergue municipal de Tordesillas (Valladolid). Resulta que en el año 2.017 pernoctó aquí el peregrino Daniel que realizaba el Camino del Sureste desde San Juan de Alicante, donde reside. Durante su estancia disfrutó de todos los valores que atesora la Villa del Tratado quedando especialmente atraído por la hermosura de su singular plaza medieval en torno a la cual gravita la vida social.

Daniel, al amanecer inició su marcha dejando olvidado su bordón de avellano, fiel compañero en todos sus caminos, y a quien le tenía un cariño especial porque se lo había regalado Pablito Sanz, el hacedor de varas de Ázqueta (Navarra). Telefónicamente me lo comunicó un tanto entristecido y le respondí con la promesa de que lo conservaría en el albergue.

Y ahí ha estado, junto a la estantería de la librería, custodiado y respetado por los peregrinos. Incluso algunos han preguntado por el objetivo de mantenerlo en el albergue. Por supuesto que la respuesta siempre fue la misma: esperando la llegada de su propietario.

Y al final llegó el día de cumplir con su compromiso de rescatarlo. Daniel, va de camino a León donde inicia el Camino del Salvador, para llegar hasta Santiago y Fisterra a través del Camino Primitivo. Al pasar por Tordesillas hizo una breve parada para acercarse al albergue donde nos reencontramos dándonos un fuerte abrazo de amistad y emoción, ¡HABÍA RECUPERADO UNA UNA PARTE DE SU VIDA!  

Ahora lo llevará colgado de su mochila junto al bordón que le había suplantado en su caminar…y además avanzará con la ilusión de llegar a Fisterra y Muxía, hitos jacobeos a los que no pudo llegar en la peregrinación anterior debido a que se puso indispuesto viéndose obligado a volver a su casa.

Amigo Daniel, me alegro muchísimo por haber sido coprotagonista de este reencuentro y te deseo que sigas cumpliendo más peregrinaciones siempre acompañado de tu bordón, perdido y hallado en el albergue de Tordesillas.