miércoles, 12 de septiembre de 2018

IGLESIA DE SANTIAGO – TORDESILLAS (y ll)
Por desgracia solo se conservan algunos restos en estado de ruina consolidada, y de su pasada estructura no queda más que parte de los muros, habiendo desaparecido  techos, cubiertas y el coro situado a los pies del templo. La ruina ha sido desescombrada, limpiada y consolidada, lo que permite apreciar que aún conserva el pavimento, constituido por las losas de las tumbas que ocupaban la capilla mayor y la nave del templo, formando nueve calles que la recorrían hasta los pies, donde se situaba el coro.
          En esta zona sólo se mantiene un pretil de piedra sobre un escalón que marca la separación de la nave, flanqueado por pilastras y con un escudo en su centro, donde aparece la Cruz de Santiago y dos conchas de peregrino. También se mantiene una pequeña puerta con moldura rehundida en el lado de la Epístola, junto a la torre, que posibilitaba la entrada independiente a la parte baja del coro, quizás para facilitar el acceso a la torre, cuya puerta de entrada está hoy tapiada.
          Por fortuna se han mantenido la sacristía, de planta rectangular y cúpula rebajada. Adyacente, se encuentra la Capilla de la Visitación, cubierta con bóveda vaída, si bien sólo quedan los arranques esquineros donde aún se observa la decoración de yeso en puntas de diamante.
          El edificio conserva aún sus dos portadas en pie: una al lado del Evangelio, pequeña, con arco de medio punto de generosas dovelas flanqueada por un contrafuerte. La principal se abre al costado sur, de la Epístola, y es de medio punto también con grandes dovelas y columnillas de gótica estirpe que se prolongan, por baquetón, sobre el trazado del arco. Un alfiz la enmarca. Estuvo esta portada cubierta con pórtico hundido, del que sólo se conserva un arco carpanel de piedra.
          De igual forma ha desaparecido todo el cuerpo de ladrillo de la torre, que aún se mantenía en 1980, y del que sabemos que sobre la basa de piedra hoy presente, levantó cuerpo alargado de ladrillo con huecos de medio punto para campanas: dos en sentido longitudinal y uno en el transversal. Actualmente es imposible el acceso al cuerpo de piedra que se mantiene, ya que su entrada, desde lo que fue coro, esta tapiada. En el muro norte, por dentro, se incrustó un nicho funerario en forma de caja vertical donde, entre molduras clasicistas puede leerse:
                                               HIC IACET VIVAT … M
DOCTORIS CESPEDES M … TUl
VIS MAGTS SISTE VIATOR
RUMPE IAM JONICUM OPUS
CONSULE IN CODICE ANNUM
L. ET VI SOECULI XVIII
FESTINAS EN LAUS ABSIT
ME PETRO EM. CASSADO AUCTORE
IOSEPH ANT. LATATU AVNVENTE
NEC RELUCTANTE EM. GARCIA
MUNERE TRIUNVIRALI
EST POST LIMINIO REVERSA
En la bordura se dice:
IETRE (PETRE?) QUIDEM MANUEL CASSADO ALBIZ – MALVENDA [CANTABER ILUSTRIS CONTECIT.I.STELAPE.
          Son precisamente los muros de la nave los que han sufrido mayor ruina. De hecho sólo queda su basamento de mampostería a lo largo del lado del Evangelio y los pies del templo. La falta de protección del tapial de estos muros, al desaparecer la cubierta, ha acelerado su deterioro y desaparición, pues en fotografías de los años 1980, si bien se aprecia el desmoronamiento en su coronación, aún se mantenían en su mayor parte. Por el contrario las partes de ladrillo y tapial asentadas sobre zócalo de piedra de sillería (crucero, capilla mayor, sacristía y capilla próxima), han mantenido buena parte de la altura de sus muros. La sacristía mantiene incluso su techo y cubierta.
          Sin duda la calidad en la ejecución de los zócalos de los muros ha influido en su estabilidad planteando problemas desde bien antiguo pues entre 1785 y 1795 se hizo obra en el muro norte por tener una gran oquedad que ponía en peligro la fábrica. Quizás se refieran estas noticias al arco de medio punto embebido en parte del muro noreste, entre el crucero y la capilla mayor, que aparece cegado en las fotos del Catálogo y que, probablemente, se ha destapado cuando se realizaron las obras de limpieza y consolidación de las ruinas. Este arco pertenece a una construcción anterior a la que formó el crucero y la capilla mayor.
          En la capilla de la Visitación la ruina de la bóveda vaída que la cubría deja ver su solución constructiva, que formaba el cascarón con doble capa de ladrillos colocados a tabla y recibidos con yeso. Apoyaba sobre los muros del recinto mediante arcos de ladrillo en resalte formando una moldura recta que remata el encuentro con cada paño en continuidad con las pilastras que recorren los paramentos.
          El cuerpo de ladrillo de la torre ya presentaba agrietamientos en sus fachadas norte y oeste cuando fueron publicadas las fotos del catálogo, aunque el basamento de piedra aparece en perfecto estado, al menos en los paramentos que se aprecian en la imagen. Las grietas, que parecen reparadas en parte, evidencian los problemas de estabilidad de sus muros que, bien por problemas de asentamiento sobre la fábrica de ladrillo, bien por problemas de cohesión de su aparejo, causaron su ruina o propiciaron su derribo ante el peligro con que amenazaban.

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