IGLESIA DE SANTIAGO – TORDESILLAS (y ll)
Por
desgracia solo se conservan algunos restos en estado de ruina consolidada, y de
su pasada estructura no queda más que parte de los muros, habiendo desaparecido
techos, cubiertas y el coro situado a los pies del templo. La ruina ha
sido desescombrada, limpiada y consolidada, lo que permite apreciar que aún
conserva el pavimento, constituido por las losas de las tumbas que ocupaban la
capilla mayor y la nave del templo, formando nueve calles que la recorrían hasta
los pies, donde se situaba el coro.
En esta zona sólo se mantiene un pretil de piedra sobre un escalón que marca la
separación de la nave, flanqueado por pilastras y con un escudo en su centro,
donde aparece la Cruz de Santiago y dos conchas de peregrino. También se
mantiene una pequeña puerta con moldura rehundida en el lado de la Epístola,
junto a la torre, que posibilitaba la entrada independiente a la parte baja del
coro, quizás para facilitar el acceso a la torre, cuya puerta de entrada está
hoy tapiada.
Por fortuna se han mantenido la sacristía, de planta rectangular y cúpula
rebajada. Adyacente, se encuentra la Capilla de la Visitación, cubierta con
bóveda vaída, si bien sólo quedan los arranques esquineros donde aún se observa
la decoración de yeso en puntas de diamante.
El edificio conserva aún sus dos portadas en pie: una al lado del Evangelio,
pequeña, con arco de medio punto de generosas dovelas flanqueada por un
contrafuerte. La principal se abre al costado sur, de la Epístola, y es de
medio punto también con grandes dovelas y columnillas de gótica estirpe que se
prolongan, por baquetón, sobre el trazado del arco. Un alfiz la enmarca. Estuvo
esta portada cubierta con pórtico hundido, del que sólo se conserva un arco
carpanel de piedra.
De igual forma ha desaparecido todo el cuerpo de ladrillo de la torre, que aún
se mantenía en 1980, y del que sabemos que sobre la basa de piedra hoy
presente, levantó cuerpo alargado de ladrillo con huecos de medio punto para
campanas: dos en sentido longitudinal y uno en el transversal. Actualmente es
imposible el acceso al cuerpo de piedra que se mantiene, ya que su entrada,
desde lo que fue coro, esta tapiada. En el muro norte, por dentro, se
incrustó un nicho funerario en forma de caja vertical donde, entre molduras
clasicistas puede leerse:
HIC IACET
VIVAT … M
DOCTORIS CESPEDES M … TUl
VIS MAGTS SISTE VIATOR
RUMPE IAM JONICUM OPUS
CONSULE IN CODICE ANNUM
L. ET VI SOECULI XVIII
FESTINAS EN
LAUS ABSIT
ME PETRO EM.
CASSADO AUCTORE
IOSEPH ANT.
LATATU AVNVENTE
NEC
RELUCTANTE EM. GARCIA
MUNERE
TRIUNVIRALI
EST POST
LIMINIO REVERSA
En la
bordura se dice:
IETRE
(PETRE?) QUIDEM MANUEL CASSADO ALBIZ – MALVENDA [CANTABER ILUSTRIS
CONTECIT.I.STELAPE.
Son precisamente los muros de la nave los que han sufrido mayor ruina. De hecho
sólo queda su basamento de mampostería a lo largo del lado del Evangelio y los
pies del templo. La falta de protección del tapial de estos muros, al
desaparecer la cubierta, ha acelerado su deterioro y desaparición, pues en
fotografías de los años 1980, si bien se aprecia el desmoronamiento en su
coronación, aún se mantenían en su mayor parte. Por el contrario las partes de
ladrillo y tapial asentadas sobre zócalo de piedra de sillería (crucero,
capilla mayor, sacristía y capilla próxima), han mantenido buena parte de la
altura de sus muros. La sacristía mantiene incluso su techo y cubierta.
Sin duda la calidad en la ejecución de los zócalos de los muros ha influido en
su estabilidad planteando problemas desde bien antiguo pues entre 1785 y 1795
se hizo obra en el muro norte por tener una gran oquedad que ponía en peligro
la fábrica. Quizás se refieran estas noticias al arco de medio punto embebido
en parte del muro noreste, entre el crucero y la capilla mayor, que aparece
cegado en las fotos del Catálogo y que, probablemente, se ha destapado cuando
se realizaron las obras de limpieza y consolidación de las ruinas. Este arco
pertenece a una construcción anterior a la que formó el crucero y la capilla
mayor.
En la capilla de la Visitación la ruina de la bóveda vaída que la cubría deja
ver su solución constructiva, que formaba el cascarón con doble capa de
ladrillos colocados a tabla y recibidos con yeso. Apoyaba sobre los muros del
recinto mediante arcos de ladrillo en resalte formando una moldura recta que
remata el encuentro con cada paño en continuidad con las pilastras que recorren
los paramentos.
El cuerpo de ladrillo de la torre ya presentaba agrietamientos en sus fachadas
norte y oeste cuando fueron publicadas las fotos del catálogo, aunque el
basamento de piedra aparece en perfecto estado, al menos en los paramentos que
se aprecian en la imagen. Las grietas, que parecen reparadas en parte,
evidencian los problemas de estabilidad de sus muros que, bien por problemas de
asentamiento sobre la fábrica de ladrillo, bien por problemas de cohesión de su
aparejo, causaron su ruina o propiciaron su derribo ante el peligro con que
amenazaban.
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