TORDESILLAS, UN ALTO EN EL CAMINO DONDE LA HOSPITALIDAD SE CONVIERTE EN
RECUERDO IMBORRABLE
Hay lugares
en el Camino de Santiago que no solo se atraviesan con los pies, sino que se
quedan grabados en el corazón. Tordesillas es uno de ellos. Su albergue municipal,
atendido por hospitaleros voluntarios, se ha convertido en un oasis para
quienes avanzan día tras día hacia el sepulcro del Apóstol. No son solo camas y
techos lo que aquí se ofrece, sino algo mucho más valioso: cercanía, escucha y
ese calor humano que devuelve fuerza al caminante.
Los
peregrinos lo saben y lo expresan. Algunos con palabras apresuradas antes de
retomar la ruta, otros dejando en el cuaderno del albergue frases breves pero
cargadas de sentimiento. Son líneas que brotan desde lo más profundo, escritas
con el cansancio en las piernas pero con el alma llena de gratitud.
“Esas
pinceladas de amistad y cariño son el mejor regalo para nosotros”, confiesan
los hospitaleros, que ven en cada agradecimiento una chispa que alimenta su
espíritu de voluntariado. Porque, aunque ellos dan sin esperar nada a cambio,
recibir esas muestras de afecto confirma que su labor deja huella.
En esas
notas anónimas se habla de sonrisas compartidas, de una mirada que reconforta,
de un café ofrecido con sencillez pero que sabe a esperanza. Pequeños gestos
que, para el peregrino, se vuelven tan importantes como el propio Camino.
Tordesillas
no es solo una etapa más; es un abrazo en medio de la ruta. Y quienes pasan por
aquí, al seguir su marcha, se llevan consigo algo que no pesa en la mochila: la
certeza de que, en cada jornada, siempre hay corazones dispuestos a acoger.
Jacinto de Toledo 23 de febrero 2025
Sebastián de Bogotá (Colombia) 13 marzo 2025
Manuel de Muñana (Ávila) 15 de marzo 2025
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