domingo, 3 de agosto de 2025

 (RÍOS Y PUENTES EN LOS CAMINOS A SANTIAGO)

 

RÍO MIÑOR - PUENTE  LA RAMALLOSA

 

El río Miñor nace en la Sierra de O Galiñeiro, a 400 m de altitud, en el municipio de Gondomar, discurre por este y los municipios vecinos de Nigrán y Bayona.

Forma un importante valle, al que le da su nombre, el Val Miñor (Valle Miñor). Desemboca tras 16 kilómetros de recorrido, en los lugares de Ramallosa y Sabarís. En su desembocadura hay una marisma declarada espacio protegido por su alto valor ecológico. El estuario del río Miñor se extiende desde la Xunqueira (Gondomar) hasta su entrada en la Ría de Baiona junto a la playa de Ladeira. A su paso por el puente de Ramallosa el cauce se estrecha hasta tan sólo unos 60 m de anchura. En su parte más ancha alcanza los 350 m, y al final de su recorrido vuelve a estrecharse por causa de la playa Ladeira justo antes de unirse con el océano Atlántico, en donde tiene apenas unos 75 m.



En Ramallosa se encuentra  un importante puente del románico tardío que une los ayuntamientos de Baiona y Nigrán, En su extremo norte aparece una vieira de peregrino tallada en piedra, obra del escultor José Antonio Villaverde. 

También conocido como el puente de San Telmo, las raíces de esta obra de la ingeniería antigua se remontan al siglo XIII, aunque su estructura actual refleja las reconstrucciones realizadas en 1598 y 1926. Según narra la tradición popular, el puente habría sido erigido sobre los restos de una pasarela romana destruida en el siglo X durante las incursiones de Almanzor.


Está formado por diez arcos ligeramente apuntados y un doble sistema de tajamares. Con una longitud de 90 metros, conserva en su parte central un llamativo cruceiro con una mesa de piedra, donde se encuentra un pequeño retablo con tres ánimas, que antaño sirvió como lugar para bautizar a los niños que estaban por nacer.

La historia sobre la reconstrucción del puente tras ser dañado por las tropas de Almanzor trae consigo una de las leyendas más conocidas del puente de la Ramallosa. Se dice que fue el propio San Telmo quien ordenó levantarlo nuevamente en el lugar donde habría obrado uno de sus milagros. Según la Diócesis de Tui-Vigo, el puente en cuestión fue reconstruido por iniciativa del santo entre los años 1232 o 1235, en una época en la que ocupaba el cargo de Obispo de  Tui. El cruceiro de piedra, símbolo de esta historia mítica, se sitúa en el lado oriental de la pasarela, entre los arcos tercero y cuarto desde su extremo sur. A sus pies se encuentra una imagen pétrea de San Telmo, patrono de los navegantes y supuesto impulsor de la reconstrucción. La leyenda cuenta que, mientras predicaba en la zona, una gran tormenta amenazó a la multitud reunida para escucharlo. Según el relato, San Telmo logró disipar la tormenta, desviando la lluvia hacia las orillas y manteniendo seca la zona intermedia en la que estaban congregados. 

Existe asimismo otra tradición añade un aire místico al puente, vinculando su estructura a antiguos rituales de fecundidad. Se dice que las mujeres embarazadas que hubieran sufrido pérdidas anteriormente debían acudir al altar situado al pie del cruceiro para realizar un bautismo simbólico con las aguas del río. Este rito, celebrado a medianoche y únicamente tras haber completado tres meses de gestación, buscaba asegurar el éxitos de los embarazos y aleja la desgracia de estas mujeres.

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