jueves, 3 de diciembre de 2020

POR EL CAMINO PRIMITIVO

El tordesillano Enrique Abril Villagarcía, aprovechando unos días de vacaciones del mes de octubre, se lanzó a la aventura de hacer el Camino Primitivo en solitario. Este camino recibe ese nombre porque se considera la primera ruta peregrinal de las que se tienen referencias históricas y que la realizó en el siglo IX Alfonso II el Casto, rey de Asturias, posiblemente el primer peregrino conocido, para visitar la tumba del Apóstol Santiago recién descubierta y confirmar que los restos eran realmente los del apóstol.

El Camino Primitivo (315 km), reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2.015, se inicia en Oviedo y finaliza tras 262 km aproximadamente en Melide donde se une al Camino Francés. Atraviesa Asturias por los concejos de Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Pola de Allande y Grandas de Salime. Entra en la provincia de Lugo por el puerto del Acebo hasta enlazar con Melide. Restan para llegar a Santiago 53 km. Se considera como una ruta bastante dura al transitar una buena parte de su recorrido por zonas montañosas. Ello le ofrece una belleza excepcional.

Enrique, que con anterioridad ya había realizado el Camino Francés, cargó con su mochila llena de mucha ilusión y el día 13 llegó en tren a Oviedo, pernoctando en el albergue del Seminario Mayor e iniciando la peregrinación al día siguiente. Como no llevaba un plan preconcebido se fue acomodando a su resistencia mental y física así como a los días disponibles para llegar a Santiago.

Él mismo describe con brevedad su experiencia: “Llegué a Santiago después de 8 días de aventuras llenas de viento, agua y barro, con innumerables subidas y bajadas. Algunos días he hecho 35 kilómetros y otros junté dos etapas de las habituales en una sola. Si me tuviera que quedar con alguna sin lugar a dudas sería la que hice por la ruta conocida como la de HOSPITALES, etapa mítica para muchos y también para mí. Fueron 10 horas y media para recorrer 47 kilómetros, con pendientes interminables y máxima exigencia, pero los paisajes fueron espectaculares y mereció la pena. También, para recordar, la caminata entre Lugo y Melide con 49 km y al día siguiente, como me sentía con fuerza, decidí llegar a Santiago con un total de 58 km y 11 horas andando. En las cercanías del Monte del Gozo me confundí al meterme por otro camino que no era el correcto y me tocó hacer cuatro kilómetros más.” Era el día 21. Acababa de realizar el Camino Primitivo en 8 etapas.Al día siguiente, después de pernoctar en el albergue de San Martín Pinario recogía la Compostela y el Certificado de Distancia en la Oficina del Peregrino.

También me comenta que a la salida de Oviedo entabló conversación con otros dos peregrinos con los que compartió compañía y ayuda hasta Lugo donde se quedaron un poco “tocados”. Se ha encontrado con muy pocos caminantes y las pernoctas las ha realizado en albergues privados ya que los públicos estaban cerrados. Además ha cumplido con un ruego, que cuando pasara por Bodenaya saludara en nombre del albergue de Tordesillas a su hospitalero David Carricondo que pernoctó en el de Tordesillas hace un par de años por estas fechas. Sin duda este camino le ha cautivado. Y un detalle muy emotivo, ha tenido muy presentes a su padre, “el gordito”, a su hermano Geño y a su gran amigo Luis Rodríguez, “el churrero”.

Como proyectos futuros aparecen el peregrinar con su hija y en cuanto el tiempo se lo permita realizar el Camino del Sureste desde Medina del Campo, en principio con trayectos cortos con la posibilidad de volver a casa cada día y a partir de Sanabria hacerlo de un “tirón”.

Con Carricondo en Bodenaya

Enhorabuena, amigo Enrique, que el Apóstol te eche una mano y puedas cumplir con esos objetivos jacobeos que te propones. ULTREIA.

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