EL NOMBRE DE SANTIAGO EN LA CIENCIA
Asar Fernan Rodri es un escritor gallego nacido
en Santiago de Partovía (Orense). Aunque se ha dedicado al mundo de la
construcción no ha dejado de lado su faceta de escritor. Fruto de esa afición
es la publicación de un libro titulado “Tras la huella de Santiago hasta la
fundación de Compostela”. Así mismo ha elaborado otros trabajos como el que
podemos leer en este post con el llamativo encabezamiento de “El nombre de Santiago en la ciencia”.
“Es axiomático
que la naturaleza influyó y de alguna manera determinó los Caminos y las
peregrinaciones que por ellos fluyeron y todavía fluyen. Pero no es menos
cierto –aunque menos conocido-- que la tradición compostelana y jacobea,
incidió y mucho, en la ciencia realizada por el ser humano. El Camino fue un
paso importante de llegada de las novedades científicas surgidas en el resto de
Europa y una forma de intercambio cultural muy influyente en la ciencia que se
realizaba en Galicia.
El Camino de
Santiago echó mano de muchos productos naturales para crear su simbología, como
es el caso de la concha, la calabaza, el incienso, el bordón..., pero no es
menos cierto que la ciencia se hizo eco de la tradición jacobea para nombrar
algunos de sus descubrimientos, plasmando así una reciprocidad valiosa que une
vida y cultura. La Taxonomía científica tiene claros ejemplos de esta
influencia en el trabajo científico pasado y presente con ejemplos que abarcan
las tres ramas históricas.
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Jacinto de Compostela |
En la Botánica son muchos los ejemplos de esta tradición,
destacando entre ellos la hierba de Santiago (Senecio jacobaeae) Además de su
nombre vulgar y científico claramente jacobeos, esta planta ruderal, típica de
la orilla de los caminos, tiene una larga historia de aplicación de sus
propiedades curativas. La hierba de Santiago fue también la causa de que una
especie zoológica, la Tyria jacobaeae, lleve la señal de Santiago, pues el
nombre de esta deslumbrante mariposa derivó de su dependencia del Senecio
jacobaeae.
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Hierba de Santiago |
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Pecten Jacobeus |
En el campo
de la Zoología precisamente la Pecten jacobeus fue una de las primeras especies
que se dedicó a Santiago, descrita por Carlos Linneo, en 1758. Sorprende que el
padre de la Zoología moderna –Carlos Linneo-- le diese el nombre específico
"jacobeae" a la vieira del Mediterráneo (Pecten jacobeus) y no a la
que fue origen de nuestro símbolo: la vieira que vive en las costas gallegas
(Pecten maximus).
Forma parte también de la tradición popular el "santiaguiño"
(Scyllarus arctus), un crustáceo decápodo que recibe este nombre porque, si nos
fijamos un poco, es posible adivinar en la parte superior de su exoesqueleto la
silueta de la cruz de Santiago.
En Geología,
una de las piezas con más historia jacobea es la variedad hematoidea del
cuarzo, denominada "jacinto de Compostela". Sin embargo, en
Compostela y sus alrededores, aunque abunda el cuarzo, no existen yacimientos
de esta variedad. El nombre tiene su origen en que los peregrinos, sobre todo
los procedentes de la zona levantina, traían a Compostela, y quizás vendían o
cambiaban aquí los pequeños cristales de jacinto que recogían en los
afloramientos de las margas irisadas del Keuper –piso del período Triásico de
la era Secundaria-- que encontraban en su camino a través de la Península.
Esta usanza
de recurrir al mundo jacobeo para bautizar diversas especies, se había iniciado
en el departamento de Química Orgánica de la Universidad de Santiago, hace ya
bastantes años, cuando los profesores Ignacio Ribas y Pastor Taladrid asignaron
el nombre de "santiaguina" a un alcaloide aislado de las hojas del
codeso de Galicia (Adenocarpus complicatus).
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Santiaguiño |
Posteriormente, otros profesores
continuaron esta tradición dándole a los alcaloides extraídos de variedades de
las plantas Sarcocapnos sp, los nombres de "oxocompostellina",
"yagonina" y "aristoyagonina", todos ellos con innegables
connotaciones jacobeas. Hace unos años, la asterosaponina extraída de una
estrella de mar procedente de la Antártida, la llamada Neosmilaster georgianus,
recibió el nombre de "santiagósido". En este caso el homenaje aunaba
a dos ciudades, Santiago de Compostela y Santiago de Chile, de cuyas
Universidades procedían los autores de la investigación.
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Tyria Jacobaeae |
... Cabeza
sin las piezas bucales, más ancha que larga. Los ojos, casi tan largos como las
mejillas, y entre un ojo y el otro, se observa una fina línea transversal que
no llega a alcanzarlos. Mandíbulas muy grandes, asimétricas, con dos dientes en
su lado interno. Su tamaño es diminuto, apenas unos milímetros... Pero no se
crean, no estoy describiendo
– aunque lo hago de forma somera--, nada que tenga que ver con los humanos,
sino con una nueva especie de pequeño coleóptero recogido en las proximidades
de Compostela en 1979, concretamente en el Monte Pedroso, al oeste de la
ciudad, por Biólogos del departamento universitario de Biología Animal de la
USC, que a la hora de ponerle nombre, no se lo pensaron mucho y recurrieron --y
en este caso con mucha más razón--, al sugerente nombre jacobeo: Colenis
(Carcharodes) compostellae.
En la
actualidad, esta hermosa influencia jacobea sigue manteniéndose y los equipos
de investigación de las modernas facultades continúan dando el nombre de
Santiago a los resultados de sus trabajos.
La influencia de lo jacobeo rezuma por todas partes”.