HOSPITALIDAD
PEREGRINA EN TORDESILLAS
“Desde un rincón de mi corazón peregrino, solo
quiero agradecer al pueblo de Tordesillas, a la Asociación, Pilar y en especial
a Antonio por este lugar de acogida. Desde el momento que llamé pude sentir la
hospitalidad de sus gentes y el alma peregrina de los encargados del albergue.
Sé que somos los pocos “locos” que venimos por estos
caminos, pero somos los que venimos buscando esa esencia xacobea que en otros lugares se va perdiendo.
Os deseo que no la perdáis, por favor, seguid amando a estos
caminantes…Buscadores de historias y encuentros ocultos en nuestro ser.
Que “el” Dios os bendiga y Santiago guíe vuestro
camino!!
PD. Si quieres cambiar el mundo, sé tú el cambio. Y
recuerda Antonio, el Camino es una droga, ya lo sabían los polacos (“droga” en
polaco significa “camino”). Ultreia!!!
Esta reflexión la
dejó escrita en el libro de Visitas, David Carricondo, conocido hospitalero de
Bodenaya (Asturias) en el Camino Primitivo, en su pernocta en el albergue de
Tordesillas.
Y ese es el
espíritu que con mucho tesón y entrega se trata de imprimir en la acogida que
los hospitaleros voluntarios dispensan en el albergue de nuestro pueblo. Se
pretende que sea un espacio abierto a la hospitalidad auténtica y tradicional,
buscando que el peregrino se sienta como
en su casa, que perciba la cercanía y la apertura que le dará confianza. Esto
solamente se consigue dedicando un tiempo de calidad ofrecido al recién
llegado.
Sin prisas y con
cierto grado de amabilidad se le da, en principio, conversación sobre su
peregrinación: las etapas en soledad, las satisfacciones que llenan su “mochila
personal”, las anécdotas para el recuerdo, las dificultades que le han acaecido
en su caminar…y todo ello con la sana intención de compartir vivencias que en
el mayor de los casos lo necesitan, pues al ser una camino poco transitado y de
muy largo recorrido se pasan días y horas sin la posibilidad de mantener una
breve charla con alguna persona.
En ocasiones se
viven situaciones un tanto comprometidas que los peregrinos desean
exteriorizar. Esto ocurre cuando se les abre la caja de los sentimientos por
algún ser querido fallecido o enfermo, por problemas personales que buscan
solución, por los golpes bajos que les ha dado la vida y en estos casos al hospitalero
le cabe la satisfacción de aportar su humilde opinión, sus consejos y su apoyo
fraternal.
Pero la
hospitalidad no queda solo en el momento de la acogida. Es necesario serles
útiles con otro tipo de información complementaria: entrega del callejero
editado por el ayuntamiento con explicación práctica sobre monumentos y museos,
situación de los establecimientos que les serán de utilidad para su estancia,
muestra de las instalaciones del albergue, información sobre el trazado del
camino por Tordesillas y salida hacia Villavieja del Cerro, detalles muy concretos sobre las etapas
siguientes y respuestas a las cuestiones
de toda índole que suelen plantear.
Y para corroborar
lo anteriormente expuesto, aquí queda la opinión de José Antonio Hidalgo, peregrino
albaceteño de La Gineta, expresada el pasado 17 de mayo después de ser atendido
por Alberto: “Compruebo con enorme
alegría que en Tordesillas cuidan con cariño al peregrino; sois una referencia
para los albergues de toda España, albergue impresionante, hospitalero super
atento. Gracias por todo”.
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