EL CAMINO FRANCÉS EN LOS CUPONES DE LA ONCE (XLIX)
O MONTE DO GOZO
El día 5 de julio de 2010 la ONCE puso en circulación un cupón dedicado a O Monte do Gozo con un valor nominal de 1,50 €. En él se representa el Mirador del Peregrino y la escultura de los dos peregrinos que miran hacia la catedral compostelana. Como dato complementario informa que Santiago de Compostela se encuentra a 2 km siguiendo el Camino Francés. También se presenta el anagrama del Xacobeo 2.010. Una curiosidad, aparece la Cruz de Santiago suplantando a la “I” en la palabra CAMINO.
Hay un
momento en el Camino de Santiago que todo peregrino espera con ansias, aunque
no lo confiese en voz alta. Tras días, semanas o incluso meses de marcha, de
polvo en los zapatos y memorias acumuladas en cada paso, el horizonte se abre
en un punto elevado a las afueras de la ciudad: el Monte do Gozo.
Conocido también como el Monte de la Alegría, este lugar se alza a unos 380 metros de altitud y regala la primera visión de las torres de la Catedral de Santiago. No es un simple mirador; es un umbral cargado de simbolismo. Aquí, los peregrinos que siguen la ruta del Camino Francés experimentan un estallido de emociones. La fatiga se disuelve en un instante, sustituida por la certeza de que la meta está ya al alcance de la mano.
El nombre no
es casual. Monte do Gozo
significa exactamente eso: la montaña de la alegría. Durante siglos, los
caminantes que alcanzaban su cima celebraban con lágrimas, abrazos o cantos ese
primer encuentro visual con Santiago. No pocos cumplían antiguos rituales
jacobeos: caminar descalzos el último tramo hasta la catedral, o prepararse
interiormente para el abrazo al Apóstol, gesto que culmina la travesía.
Hoy día el lugar mantiene viva su esencia. Además de ser un mirador privilegiado, en él se conserva un espacio de acogida, con un complejo recreativo y de descanso para quienes necesitan reponer fuerzas antes del último esfuerzo. Pero la magia del Monte do Gozo sigue latiendo en su panorámica: una mezcla de horizonte gallego, torres medievales y la sensación indescriptible de estar a las puertas del destino.
Uno de los
símbolos más recordados del monte es la escultura
de los dos peregrinos, obra del escultor José Antonio Castro. Dos
figuras de bronce, erguidas y con la vista fija hacia Santiago, representan no
solo a los caminantes de carne y hueso que llegan hasta aquí, sino también a
todos aquellos que a lo largo de los siglos han compartido esta misma emoción.
El Monte do
Gozo no es un final, sino un principio. Marca el instante en que el corazón del
peregrino se ensancha y la esperanza se vuelve palpable. Desde su mirador, con
la ciudad extendiéndose en la distancia, uno comprende por qué tantos lo
consideran un lugar sagrado dentro del Camino: porque allí, por primera vez,
Santiago deja de ser un sueño y se convierte en realidad.