JUVENTUD EN CLAVE JACOBEA
La bienvenida corrió a cargo de Alberto, hospitalero del albergue, peregrino veterano y profesor de Religión en el CEIP Pedro I. Con una mezcla de sabiduría, cercanía y pasión, Alberto supo conectar con los jóvenes desde el primer momento. No se trató de una charla formal, sino de una conversación viva, llena de preguntas sinceras, anécdotas, y algún que otro gesto de asombro ante lo que representa realmente el Camino: una experiencia que no solo se camina, sino que también se vive, se piensa y, sobre todo, se siente.
Los chicos
se mostraron muy interesados, tanto por el funcionamiento del albergue como por
la vida diaria de los peregrinos que pasan por él. Recorrieron las
instalaciones como quien se asoma a un mundo nuevo, lleno de historias invisibles
pero latentes en cada cama, en cada mochila, en cada bordón de peregrino.
Lo más bonito fue ver que, más allá de la información que recibieron, lo que se llevaron fue una chispa. Puede que algunos se animen a recorrer algún día el Camino. Puede que otros lo recuerden como una experiencia que les hizo pensar. Lo que está claro es que se fueron sabiendo que esto no va solo de andar muchos kilómetros, sino de caminar hacia dentro.
Fue una
actividad nueva, distinta, y ojalá sea solo el comienzo de algo que se repita
cada año. Porque cuando la juventud y el Camino se encuentran, siempre pasa
algo bueno.
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