ALBERGUE DE TORDESILLAS
(EXTERIOR)
El día 22 de marzo de 2.013 se inauguró el albergue de peregrinos en Tordesillas, localidad tomada por muchos caminantes como final de etapa y punto estratégico en la ruta del Camino a Santiago del Sureste que partiendo desde Alicante, Benidorm, La Vila y Cartagena enlaza en Benavente con el Sanabrés o con la Vía de la Plata. Conviene saber que las instalaciones del albergue se pusieron a disposición de los peregrinos en el mes de abril del 2.012 a pesar de no estar oficialmente inaugurado.
Son muchos
los peregrinos que una vez llegados al albergue, ubicado en la Calleja del
Corpus, calle típicamente medieval y con cierto regusto de antiguo zoco de
artesanos y mercaderes, lo primero que hacen es contemplar la inmensa fachada
que representa la arquitectura popular de Castilla, aprovechando para llevarlo
como recuerdo a través de sus fotografías.
El exterior del albergue se conserva tal cual era antes de su restauración. Lógicamente se hizo un trabajo muy serio de recuperación y adaptación a la función prevista, pero siempre con la premisa de respetar su fábrica y modelo original, algo que se consiguió gracias al buen hacer del arquitecto local Jorge Abín.
Su situación privilegiada junto a la Plaza Mayor le da un atractivo especial, pero teniendo presente que a pesar de estar situado en pleno corazón del casco antiguo goza de una tranquilidad absoluta lo que repercute muy positivamente en el descanso de los peregrinos, algo muy bien valorado por ellos.
El material autóctono empleado son ladrillos de cara vista con paños de cemento en forma de cuadriláteros en color claro anaranjado. La parte superior de tapial o adobe reforzados por travesaños de madera incrustados.
En torno a la entrada aparecen placas informativas sobre el albergue y un aparcamiento para cuatro bicicletas. En frente, en una pared separada del edificio, un completísimo y artístico mural que hace referencia a varios de los símbolos jacobeos más conocidos: bordones, vieiras con la cruz de Santiago y calabazas, sin faltar el color amarillo típico de la señalética de los Caminos a Santiago.
Una visita nocturna por la Calleja del Corpus con parada junto al albergue nos ofrece poder disfrutar de la iluminación apropiada a este rincón medieval.
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